MADRID, 1 Ene. (EUROPA PRESS) –
Las princesas Disney son jóvenes, guapas, con futuros prometedores y con buena salud. Al menos aparentemente. Sin embargo, un estudio, publicado en el número de Navidad de ‘The BMJ’, aunque parecen vivir felices para siempre, en realidad se enfrentan a graves riesgos para la salud en el mundo real.
Los autores justifican su trabajo navideño explicando que, si bien gran parte de la investigación actual sobre las princesas de Disney se centra en el impacto de ideales poco realistas en la autoestima de los espectadores jóvenes, existe una necesidad importante de poner también la atención en los riesgos de salud que enfrentan las propias princesas.
Así, la investigadora Sanne van Dijk y sus colegas de la Universidad de Twente (Países Bajos) apuntan a que Blancanieves es la “princesa más bella de todas”, pero como criada de su malvada madrastra, las oportunidades de interacción social son muy limitadas, lo que la expone al riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, depresión, ansiedad y muerte prematura, explican los autores.
Afortunadamente, conoce a los Siete Enanitos, que la protegen de los peligros de la soledad, pero entonces come una manzana envenenada, lo que pone de manifiesto que, para Blancanieves, el dicho “una manzana al día mantiene alejado al médico” fracasa estrepitosamente.
La princesa Jasmine, de ‘Aladdín’, también corre el riesgo de sufrir los efectos de la soledad en su salud, ya que crece entre los muros de su palacio sin ningún amigo, señalan los autores. Mientras tanto, su tigre mascota Rajah no sólo supone un riesgo de infección zoonótica, sino que sus instintos naturales podrían llevarla a una situación peligrosa y potencialmente mortal.
En ‘La Bella y la Bestia’, el estrecho contacto con la Bestia también expone a Bella a muchas enfermedades infecciosas potencialmente mortales, como la brucelosis o la rabia.
Por otra parte, la exposición continua de Cenicienta al polvo la pone en riesgo de desarrollar una enfermedad pulmonar ocupacional, que se agrava porque el hada madrina esparce cantidades masivas de purpurina mágica –también conocida como microplásticos recubiertos de aluminio– que puede penetrar en el tejido pulmonar humano, explican los autores. En lugar de un príncipe, sugieren que Cenicienta necesita una terapia respiratoria continua para vivir feliz para siempre.
En su empeño por lograr la paz entre los nativos americanos y los colonos ingleses, Pocahontas se lanza por primera vez al precipicio con un impresionante tiempo de caída de nueve segundos. Pero con una altura estimada del acantilado de 252 metros, los autores advierten que tal salto dejaría a Pocahontas con “una sinfonía de fracturas más que una armoniosa sintonía con la naturaleza”.
En La Bella Durmiente, el ‘sueño infinito’ de la princesa Aurora conlleva riesgos de enfermedad cardiovascular, apoplejía, obesidad y diabetes, mientras que el reposo prolongado en cama se relaciona con un mayor riesgo de úlceras por presión y atrofia muscular. Por suerte, el príncipe Felipe rompe casi inmediatamente el hechizo del sueño besando a Aurora, aunque los autores señalan que también rompe con las normas sociales vigentes al no obtener su consentimiento.
Aunque Mulán es reconocida como una guerrera que salva el imperio de China, su familia la presiona una y otra vez para que defienda su honor. Los autores señalan que las mujeres que se enfrentan a la violencia por motivos de honor pueden sufrir mayores problemas de salud mental al verse obligadas a vivir una vida que no eligieron.
Por último, los autores advierten de que es probable que los folículos pilosos de Rapunzel se hayan dañado al tirar repetidamente y de forma excesiva de su larga trenza, una afección conocida como alopecia por tracción, que puede provocar dolor en el cuero cabelludo, dolores de cabeza y pérdida permanente del cabello.
“Disney debe plantearse intervenciones para superar estos problemas de salud, incluyendo mindfulness y psicoterapia, formación sobre convivencia con animales y medidas de protección personal contra agentes infecciosos y partículas tóxicas –recomiendan–. Sólo entonces podrán las princesas Disney empezar a vivir sanas para siempre”.