El ictus es en nuestro medio una de las principales causas de mortalidad (la primera causa de mortalidad en mujeres) y la primera causa de discapacidad en el adulto.

Se considera que el 90% de los ictus son prevenibles con el control de los factores de riesgo cardiovascular y la rápida detección de los síntomas.

El 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus, y desde Neurología Vistahermosa resolvemos algunas de las preguntas más frecuentes sobre esta patología.

El ictus es una enfermedad cerebrovascular aguda que provoca la interrupción del riego sanguíneo en el cerebro. Esta interrupción puede ser producida por el cierre brusco de una arteria (trombosis, embolia) denominándose ictus isquémico o por la rotura de una arteria (derrame cerebral) provocando un ictus hemorrágico.

Las causas más frecuentes del ictus isquémico son en la actualidad la ateromatosis carotídea (producida por factores de riesgo cardiovascular como el tabaquismo, la hipertensión, el colesterol, la diabetes, la obesidad y el consumo de alcohol) y la etiología cardioembólica (sobre todo la presencia de arritmias como la fibrilación auricular, muy frecuente en pacientes de edad avanzada, siendo muchas veces asintomática).

El ictus es más frecuente cuanto más avanza la edad de la población


Por otro lado, el ictus hemorrágico suele deberse a elevaciones bruscas de tensión arterial que provocan la rotura de una arteria cerebral, o en pacientes de edad avanzada, la fragilidad de las arterias debidas al depósito de amiloide en las arterias. La rotura de aneurismas cerebrales es otra causa de sangrado intracraneal que puede producir además síntomas similares al ictus.

Sí. Siendo más frecuente cuanto más avanza la edad de la población, tanto por la mayor presencia de factores de riesgo vascular como de arritmias, el ictus puede producirse a cualquier edad.

En pacientes jóvenes son más frecuentes por rotura de la pared de una arteria (disección arterial), consumo de tóxicos (cocaína), trastornos de la coagulación, anomalías cardiacas, etc.

Sí. Es importante el estudio de la causa que produjo el ictus, para tratarla y disminuir así el riesgo de un nuevo episodio (prevención secundaria).

The National Stroke Association y The Stroke Awareness Foundation han divulgado los signos de alarma de un ictus que toda la población debería conocer para actuar con rapidez, en un juego de palabras en inglés “Act FAST”:

Fast, además de “rapidez”, es un acrónimo que indica las iniciales de Face –cara– (pida a la persona que sonría; ¿está torcido un lado de la cara?)

– Arms –brazos– (pida a la persona que levante los brazos; ¿uno de los brazos cae al levantarlo?)

Speech –habla– (pida a la persona que repita una frase; ¿está el lenguaje mal articulado o resulta extraño?)

Time –tiempo– (en caso de apreciar alguno/s o todos estos signos, trasladar al paciente cuanto antes).

Protocolo Act FAST

Protocolo Act FAST


Ante estos síntomas no hay que perder el tiempo y derivar urgentemente al paciente utilizando los medios adecuados. Habrá que contactar con el número de emergencias112– y se activará el protocolo Código Ictus.

Existen dos tipos de tratamientos revascularizadores en el ictus isquémico agudo. La fibrinolisis intravenosa, que consiste en la administración de un fármaco fibrinolítico (sustancia que disuelve los trombos) en las primeras 4,5 horas del inicio de los síntomas.

Por otro lado, la trombectomía mecánica, un cateterismo para extraer el trombo en caso de encontrarse este accesible en uno de los vasos principales del cerebro. En el caso de hemorragias cerebrales, el manejo se realiza con el control exhaustivo de la tensión arterial.

Elena Elvira Soler, Neuróloga HLA Vistahermosa


No todos los pacientes son candidatos o se benefician de estos tratamientos, de ahí la importancia de la valoración urgente por un neurólogo.

Lo más importante es el control estricto de los factores de riesgo cardiovascular, llevando una dieta sana y practicando ejercicio de intensidad moderada a diario.

Además cada vez se comercializan más relojes y pulseras de actividad que miden la frecuencia cardiaca y son capaces de detectar arritmias cardiacas antes de que estas pueden dar síntomas.

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