El oncólogo Enrique Grande destaca que el retraso en el diagnóstico de estos tumores se sitúa en unos cinco años
MADRID, 10 Nov. (EUROPA PRESS) –
El jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital MD Anderson Cancer Center Madrid, Enrique Grande, ha señalado que el “reto” para conseguir la curación de los tumores neuroendocrinos está en “diagnosticarlo antes, cuando todavía no ha dado metástasis”, ya que en la actualidad la media de retraso en el diagnóstico se sitúa en “cinco años”.
“Si logramos diagnosticar el tumor en una etapa localizada, es decir, cuando solamente afecta al órgano del que surge y como mucho a los ganglios de la zona, la mayoría de ellos se pueden curar. Desafortunadamente, y por ese retraso en el diagnóstico que tenemos, la mayoría de los tumores de los pacientes se diagnostican ya cuando el tumor está metastásico. En ese momento, va a ser muy difícil que logramos la curación”, ha explicado Grande este viernes en una entrevista a Europa Press.
Con motivo del Día Mundial de los Tumores Neuroendocrinos, que se conmemora este domingo, el doctor Enrique Grande ha detallado que estos cánceres “no son muy frecuentes”, pues en España se diagnostican al año unos 4.000 casos, una cifra que queda lejos si se compara con los más de 30.000 del cáncer de mama o del de próstata, por ejemplo.
“Estos tumores pueden surgir de distintos órganos porque se producen por células endocrinas que están en distintas localizaciones. Principalmente están en el páncreas y en el tubo digestivo, pero también pueden estar en el pulmón y pueden estar en órganos como las glándulas adrenales, los ganglios linfáticos o el hígado”, ha apuntado el especialista.
En cuanto a sus complicaciones, Grande ha ahondado en que, además de las complicaciones que tiene cualquier tumor sólido, en torno al 20-30 por ciento de los neuroendocrinos pueden producir hormonas. “Por eso se llaman funcionantes, porque al producir hormonas dan lugar a síndromes hormonales asociados”, ha indicado. Entre estos síndromes, el “más frecuente” es el carcinoide, que produce en el paciente un cuadro que incluye “diarrea, sofoco, palpitaciones, taquicardia y sudoración”.
El profesional del Hospital MD Anderson Cancer Center Madrid ha señalado que en la mayoría de pacientes que tienen estos tumores su origen se presenta en el tubo digestivo. Así, los principales síntomas previos a un diagnóstico serían los comunes derivados de una mala digestión, como episodios esporádicos de diarrea, flatulencia, ardor de estómago.
“Son síntomas muy banales, no los solemos asociar con algo grave para nada”, ha aseverado. Sin embargo, ha recomendado que si se repiten en el tiempo de una manera “periódica” y “cada vez son más frecuentes”, hay que activar los signos de alarma y acudir al médico.
ABORDAJE Y TRATAMIENTO
El carácter heterogéneo de estos tumores, que pueden ser diagnosticados desde los 30 hasta los 80 años -siendo lo más habitual que afecte a personas de unos 50 años-, unido a su poca frecuencia, dificulta encontrar a una persona experta en ellos o un hospital que tenga suficiente experiencia y el equipo multidisciplinar necesario, ha apuntado el especialista.
“Esto no es solamente un cirujano que opere y un oncólogo que ponga el tratamiento. Esto es un cirujano que opere, un oncólogo que pone el tratamiento, un endocrinólogo que controla los síntomas hormonales, radiólogos intervencionistas (…)”, ha resaltado sobre los profesionales requeridos para su manejo.
En cuanto a su tratamiento, existen distintas técnicas. Entre las más frecuentes, se encuentran los análogos de la somatostatina que bloquean precisamente esta proteína, que está en la membrana de las células neuroendocrinas y son responsables del crecimiento y la proliferación de las células.
“Esa sería lo que llamamos la primera línea. A partir de ahí, bueno, lo que hacemos es dar análogos de la somatostatina calientes. ¿Eso qué significa? Pues son lo mismo, el mismo concepto, ir contra ese receptor, pero al fármaco le asociamos radioactividad. Entonces sería como dar radioterapia de una manera selectiva. Estos son los nuevos tratamientos que se llaman teragnósticos”, ha destacado.
Un aspecto clave que ha querido resaltar Grande es el de la investigación, señalando que “en España tenemos uno de los principales grupos cooperativos que se dedica al tratamiento de los tumores neuroendocrinos a nivel mundial”. Este es el Grupo Español de Tumores Neuroendocrinos (GETNE), que es “referente a nivel mundial” para el tratamiento de esta patología y lidera muchos de los estudios que se están realizando actualmente.
“Desde el Grupo Español de Tumores Neuroendocrinos tenemos en marcha a día de hoy cinco estudios distintos”, ha precisado Grande. Según ha explicado, uno de ellos está dirigido a los carcinomas neuroendocrinos, que son los tumores más agresivos dentro de estos. “Su pronóstico en este caso es mucho peor, con una supervivencia que rara vez excede el año y entonces tenemos una necesidad enorme de avanzar en este sentido. Por suerte, estos carcinomas neuroendocrinos más avanzados solamente suponen el 10 por ciento del total”, ha indicado.
Como reto a afrontar en el Sistema Nacional de Salud (SNS), Enrique Grande ha instado a canalizar a los pacientes a centros de referencia. “Centros que tengan la experiencia y el equipo multidisciplinar necesario para tratarles y el acceso a la tecnología, tanto a la tecnología de medicina nuclear para su diagnóstico y filiación correcta, como a los fármacos más novedosos que tenemos”, ha concluido.