MADRID, 15 Nov. (EUROPA PRESS) –
Un nuevo trabajo desarrollado en el Centro de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) señala que la viscoelasticidad de los tejidos, una propiedad aún poco explorada, desempeña un papel crucial para el correcto funcionamiento celular.
“Las células requieren señales bioquímicas y mecánicas para funcionar correctamente. La mecanobiología es la ciencia que estudia cómo las células reconocen y responden a las propiedades mecánicas de su entorno. Uno de los elementos más importantes en la generación de señales mecánicas es la matriz extracelular (ECM), una red de proteínas que funciona como pegamento entre células, ayudando a la formación de tejidos”, ha explicado el jefe de Grupo de Mecánica Molecular del Sistema Cardiovascular en el CNIC, Jorge Alegre-Cebollada.
La ECM influye en la actividad celular mediante propiedades mecánicas como la rigidez y la viscoelasticidad, regulando la migración, proliferación y diferenciación celular. Cambios en la rigidez de los tejidos están asociados a enfermedades como el infarto de miocardio y ciertos tipos de cáncer (páncreas y mama). Sin embargo, aún no se comprende completamente cómo las células responden simultáneamente a la rigidez y viscoelasticidad, especialmente en entornos rígidos.
Lo que ahora demuestra por primera vez el estudio publicado en la revista ‘Science Advances’, y liderado por Alegre-Cebollada, es cómo la capacidad de los tejidos para deformarse y recuperar su forma original (viscoelasticidad) desempeña un papel fundamental en el proceso por el cual una célula mantiene un equilibrio interno constante para funcionar adecuadamente, proceso denominado homeostasis celular.
“Este trabajo supone un nuevo paradigma en nuestra comprensión de cómo las células reaccionan ante propiedades mecánicas y puede contribuir a explicar, por ejemplo, por qué algunos tumores son más agresivos que otros, así como al mejor funcionamiento de tejidos artificiales con aplicaciones biomédicas”, ha destacado Alegre-Cebollada.
REGULACIÓN DEL TIEMPO DE RESPUESTA CELULAR
Según el estudio, la viscoelasticidad de la matriz extracelular, una propiedad poco estudiada hasta ahora, desempeña un papel crucial en la regulación del tiempo de respuesta celular a un estímulo mecánico.
“Del mismo modo que un colchón viscoelástico necesita tiempo para recuperar su forma cuando nos levantamos cada mañana, las células y tejidos necesitan tiempo para recuperarse de estímulos mecánicos, como un apretón de manos o un golpe”, ha comentado la investigadora Carla Huerta-López, que ha liderado el estudio.
“Es decir, la dependencia temporal de alteraciones mecánicas está controlada por la viscoelasticidad”, ha agregado Huerta-López.
En este trabajo, el equipo del CNIC ha desarrollado biomateriales basados en proteínas que imitan el comportamiento mecánico de la matriz extracelular. Utilizando dichos biomateriales, los autores han identificado un mecanismo responsable de cómo la viscoelasticidad contrarresta la respuesta a la rigidez de una manera inesperada.
Según los investigadores, este modelo contradice los modelos actuales, y proporciona nuevas explicaciones sobre cómo las células reaccionan a las propiedades mecánicas de la matriz extracelular. El estudio ha sido posible gracias a la financiación recibida desde el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, el Consejo Europeo de Investigación (ERC), y la Comunidad de Madrid a través del consorcio interdisciplinar Tec4Bio-CM.