MADRID 26 Dic. (EUROPA PRESS) –
Una nueva investigación de la Universidad de Medicina y Ciencias de la Salud RCSI (Irlanda) ha explicado en ‘The FASEB Journal’ cómo influye el reloj interno del cuerpo en el proceso inflamatorio del sistema inmunitario. Los hallazgos describen cómo las células inmunitarias, llamadas macrófagos, funcionan de forma diferente a distintas horas del día y podrían allanar el camino para tratamientos dirigidos a la hora de tratar enfermedades inflamatorias como la artritis.
Los investigadores estudiaron la relación entre el sistema inmunitario y el ritmo circadiano del organismo, conocido como reloj corporal. Los macrófagos, células inmunitarias que detectan y responden a sustancias nocivas, son capaces de desencadenar la inflamación como mecanismo de defensa mediante el ensamblaje de grandes complejos conocidos como inflamasomas. Los inflamasomas podrían compararse con detectores de humo que alertan al sistema inmunitario del peligro.
Se descubrió que la activación de un inflamasoma llamado NLRP3 no era constante a lo largo del día, sino que estaba regulada por el reloj circadiano de 24 horas del organismo. Este ritmo diario determina cuándo los macrófagos son más eficientes a la hora de detectar amenazas y cuándo alcanzan sus niveles máximos de energía para organizar una respuesta. La investigación también destaca el papel clave de las mitocondrias, productoras de energía de la célula, en la conducción de estos cambios diarios en la actividad inmunitaria.
“Cuando los macrófagos creen que es por la mañana, su activación del inflamasoma es más rápida y potente”, ha explicado la profesora Annie Curtis, investigadora principal del estudio en la Facultad de Farmacia y Ciencias Biomoleculares del RCSI.
“Esto significa que la respuesta inmunitaria se intensifica durante las primeras horas del día, un momento en el que estamos despiertos y es más probable que nos encontremos con desafíos ambientales, como lesiones o infecciones”, ha añadido.
El estudio tiene importantes implicaciones para la comprensión y el tratamiento de enfermedades inflamatorias, como la artritis, en las que los inflamasomas hiperactivos desempeñan un papel clave. Los síntomas de estas enfermedades suelen empeorar por la mañana, algo que esta investigación podría ayudar a explicar.
Estos hallazgos pueden ayudar a perfeccionar los tratamientos de las enfermedades inflamatorias. Por ejemplo, las nuevas terapias dirigidas a los inflamasomas podrían ser más eficaces si se administraran en momentos específicos del día, cuando la actividad de los macrófagos alcanza su punto máximo”, ha finalizado James O’Siorain, autor principal del estudio.